CASA 19.18
Cliente:
Privado
Lugar:
Tui
Arquitectos:
Jorge Enríquez
Adrián Pinaque
Infografías:
Carlos Comendador
Arquitecto Técnico:
Óscar García Franco
Estructura:
Eduardo Otero
Fecha:
2019
Sobre el proyecto
Previamente a la catástrofe ocurrida en la zona en 2018, los promotores tenían una pequeña vivienda para su disfrute de su jubilación. El promotor carecía de visión y tenía movilidad reducida por lo que necesitaba la ayuda de su esposa para poder moverse por medio de una silla de ruedas. Cuando surge la oportunidad de reconstruir la vivienda su mayor ilusión era que esta fuera la más accesible posible.
La parcela en la que se ubicaba la casa original es un solar complejo que tiene unos 200m2, está delimitado por un pequeña calle y por dos edificaciones en medianería. A mayores tiene una diferencia de cota de tres metros en sus escasos treinta metros de desarrollo.
Por otro lado, el terreno en el que se encuentra es un terreno rocoso en el que las rocas llegan hasta la cota de la calle. Por ello, los propietarios fueron ejecutando una especie de pequeños "solcalcos " que salvaban la existencia de estas rocas sin tener que picarlas. Estos "socalcos" son las únicas preexistencias que quedan de la casa original en la parcela.
Partiendo de estas premisas y con el objetivo de generar una vivienda accesible, se propone una nueva disposición de los "socalcos" existentes, saneándolos y reordenándolos, y la generación de un nuevo recorrido en pendiente que forma una rampa serpenteante que va conectando las distintas estancias en altura y que permite que ambos dueños dispongan de la totalidad de la casa para su disfrute.
Además, los distintos tramos de la rampa están dotados de usos para aprovecha el poco espacio disponible. De esta manera que el primer tramo de la rampa forma parte del salón y conduce a la cocina, el segundo recoge el uso de lavandería y el tercero se ubica pequeña librería.
Otro aspecto muy importante que también fue exigido por la los propietarios era la privacidad. Al tener la calle al mismo nivel que la casa, se decide cerrar las habitaciones a la calle y abrirlas a los pequeños patios interiores que llenan de luz las estancias y permiten su ventilación
El salón, por su parte, se abre al resto de la parcela que permanece sin edificar y que genera un pequeño jardín al sur, permitiendo disfrutar de las vistas del tramo bajo del Miño, con Valença y Tui al Oeste.
El resultado final son cuatro volúmenes que albergan las diferentes estancias y una rampa serpenteante que sirve al mismo tiempo de separación y unión entre ellos.